Cuando todo es oscuridad, cuando no encuentras sosiego en nada, cuando tu vida ha dejado de tener sentido, cuando no quieres despertar ni ver la realidad, cuando crees que ya no hay camino, que nada tiene razón de ser y que entiendes esta vida solo como un paréntesis de tránsito para un reencuentro, qué importante es ese abrazo cómplice, sin condiciones, sin juzgar ni tus lágrimas ni tus sonrisas, sin tener que explicar porque sabes que te entiende perfectamente porque se siente como tú, perdido pero buscando soluciones, buscando un camino para tirar, para continuar, y ves una luz, una esperanza, un referente y aprendes que en la ayuda a los demás está tu propia salidas, porque ayudando te ayudas, porque el destino nos ha unido en este presente, y en nuestras manos está convertirlo en algo bueno, algo que merezca la pena.
Gracias, familia Renacer.
Testimonio de Alicia, madre de Sergio.