La pérdida de un hij@ te deja sin aire, sin energía, sin sentidos. Pasado el shock empiezas a ser consciente que estás en caída libre. Y llega la urgencia de sentir el golpe y que todo acabe. Pero eso no pasara. Eso no sería justo para nadie, y menos para nuestr@s hij@s. Te hago spoiler, se va a abrir el paracaídas y te tocan días en los que planearas en un mar de sufrimiento inexplicable.
No tengas prisa. Date tiempo en cada paso que des. Ahora no existe otra prioridad que dejar de sentir, de sentirte, de sufrir. Y quieres que sea ya.
No sumes a este dolor, a está experiencia más tareas. Intenta ir manejando las situaciones que surjan, porque ya te habrás dado cuenta que la vida sigue, de una en una. Y despacio, sin ninguna prisa.
Este camino es el más difícil de todos los que la vida te irá mostrando, y necesita tiempo y energía. Pero estoy segura de que eres capaz de transitarlo. La energía dependerá de tu autocuidado, de tú descanso. Y el tiempo lo debes poner tú.
Frena y no corras ni huyas del dolor. Ve despacio, al ritmo necesario para que os hagáis amigos. Entonces llegará la comprensión de que aunque el dolor estará contigo toda la vida, el sufrimiento no. Él se irá, si le das tiempo y calma.
En este camino saldrán a tu paso muchas emociones. Trabajalas una a una. No te aceleres. Con esa hiperactividad, con esa necesidad de correr, lo único que aparecerá será el inmovilismo y la ansiedad.
Tenemos que seguir viviendo de forma plena e intensa por ell@s, por nuestros hij@s. Y eso se hace día a día, siendo plenamente conscientes de lo vivido en el pasado pero desde el presente. No me interesa el mañana, ni su prisa por llegar. Ahora quiero vivir un presente conectado a mi hijo, a su presencia pero desde otro plano, desde el amor profundo que la prisa nos roba sin que nos demos cuenta.
Spoiler otra vez. Por mucho que corra mi hijo no va a volver a sentarse en nuestro sofá a tomar un café y contarme su día. Pero desde la calma esa ausencia, ese dolor de la pérdida lo iré integrando en mi vida, en lo que me define y seré mucho más libre para seguir amándole desde la consciencia de su ausencia.
Solo haré una cosa a la vez. Vivir y Renacer a una nueva vida. Por mí y por él. Ese será mi homenaje.
