Donde se detiene el tiempo

José Ángel Gómez Carrasco y Lucía Gómez Diez

En Renacer Madrid estamos de estreno. Nuestro compañero José Ángel y su hija Lucía, se han lanzado a la aventura de compartir con el mundo, un conjunto de poemas que surgieron, mientras recorrían el camino de la aceptación de la pérdida de Manu, hijo y hermano de los autores. El título del libro, “Donde se detiene el tiempo”, resume en una frase, el lugar que pasan a ocupar aquellos padres y madres que afrontan la ausencia de un hijo o hija.

Tuvimos el privilegio de poder acompañar a José Ángel presencialmente, y a Lucía telemáticamente desde Argentina, en la presentación del libro que se realizó el día 7 de mayo en la Universidad de Alcalá de Henares, por parte del Ilustrísimo Rector José Vicente Saz Pérez y el director de la Editorial Universidad de Alcalá (UAH) Don Gregorio Sánchez Marín.

En la presentación, Teresa Diez, madre de Manu nos introdujo en la esencia de este poemario imprescindible de la literatura de Ausencia, y que estamos seguros que será libro de cabecera para muchos padres y madres que han sufrido la desgarradora experiencia de la pérdida de un hijo o hija.

Os dejamos un breve resumen de las palabras de nuestra compañera Teresa durante el acto y os recomendamos que corráis a las librerías a por el libro:

“Tengo el honor de presentarles un libro de poesía profundamente conmovedor y, a la vez, inspirador: «Donde se detiene el tiempo«.

Esta colección de versos nació de una experiencia humana tan dolorosa como transformadora: la enfermedad y posterior pérdida de un hijo y hermano.
Estas páginas son mucho más que versos; son fragmentos de un alma herida, ecos de risas silenciadas, lágrimas que buscan consuelo en la palabra escrita, pero también la profunda necesidad de recordar, de honrar y de dar voz a un amor que trasciende la vida.

En estos poemas, José Ángel y Lucía han plasmado con una honestidad desgarradora el torbellino de emociones que acompañan la enfermedad: la esperanza que se desvanece, la lucha incansable, la impotencia ante lo inevitable y, finalmente, el abismo de la pérdida. Quizás alguno de ustedes encuentre en estas líneas un espejo donde se reflejen sus propias vivencias, un espacio seguro donde el dolor no se juzga, sino que se comparte y se comprende.

Este poemario ofrece una ventana íntima a la fragilidad de la vida y a la fuerza inquebrantable del amor familiar. A través de la sensibilidad de los versos, podrán acercarse a la magnitud del dolor, a la belleza de los recuerdos que persisten y a la importancia de la empatía y el acompañamiento en los momentos más oscuros.

Este libro no es un testimonio de duelo, es una exploración valiente y lúcida de cómo encontrar significado y fortaleza en medio del sufrimiento más profundo. Para comprender la esencia de esta obra, nos adentraremos brevemente en dos filosofías que resuenan poderosamente en sus páginas: la logoterapia de Viktor Frankl y el estoicismo.

Es en este contexto de profundo dolor donde la búsqueda de sentido, central en la logoterapia de Viktor Frankl, se vuelve una necesidad vital. Frankl, superviviente del Holocausto, nos enseñó que incluso en las circunstancias más extremas, conservamos la libertad de elegir nuestra actitud y encontrar un propósito. Este libro es un testimonio de esa elección.

En las páginas de «Donde se detiene el tiempo», no encontraremos respuestas fáciles ni consuelo superficial. En cambio, seremos testigos de un proceso íntimo de búsqueda de significado en la pérdida.

A través de un lenguaje cargado de emoción, los autores exploran:

  • El valor del amor incondicional: Los poemas irradian el amor profundo y eterno hacia el hijo y hermano, un amor que trasciende la vida y la muerte, convirtiéndose en una luz en la oscuridad. Este amor se erige como un sentido en sí mismo, una conexión indestructible. “Me gusta recordarte siempre tan entregado, Todo pasión valiente y voluntad insumisa. Me gusta recordarte, sobre todo, a mi lado”.
  • La belleza efímera de la vida: La conciencia de la fragilidad de la existencia se plasma en versos que celebran los momentos compartidos, las pequeñas alegrías, la huella imborrable que el ser querido dejó en sus vidas. “Aún puedo sentirte a mi lado, corremos o nadamos. Eras más fuerte cada vez. En mi memoria aparece Córdoba y eras feliz”.
  • La transformación personal a través del dolor: Lejos de sucumbir a la desesperación, los poemas revelan un proceso de crecimiento interior, de descubrimiento de una fortaleza insospechada. El dolor, aunque inmenso, se convierte en un maestro silencioso. “Hace tiempo que se paró mi tiempo. Fue en una noche oscura y serena. Acompañé tu sueño, estrené mi pena. Las paces hago con el universo”.
  • La trascendencia a través del recuerdo y el legado: Versos que buscan mantener viva la memoria del ser querido, honrando su existencia y asegurando que su espíritu perdure en el tiempo. Esta voluntad de sentido se manifiesta en el deseo de que su vida no haya sido en vano. “No se ha extinguido tu aliento, Porque la brisa lo lleva, Sube del mar por el río, Y cabalga por la sierra”.

Paralelamente a la búsqueda de sentido, la filosofía estoica emerge como un faro de fortaleza y aceptación en estos poemas.

El estoicismo nos enseña a aceptar lo inevitable con serenidad y a encontrar la virtud en la respuesta que damos a las circunstancias.

En «Donde se detiene el tiempo», podemos percibir la influencia del estoicismo en:

  • La aceptación del dolor como parte de la vida: Los poemas no niegan la intensidad del sufrimiento, pero tampoco se dejan consumir por él. Hay una aceptación gradual de la realidad, un reconocimiento de que el dolor es una experiencia humana fundamental. “Horas, días, risas, llantos y ruidos en carrusel me dicen que me pierda en soñolienta niebla. Pero aún quiero llevar la cuenta de las noches desde aquella en que dejaste la casa”.
  • El enfoque de lo que se puede controlar: la propia actitud. A pesar de la impotencia ante la enfermedad y la muerte, los versos reflejan una lucha por mantener la calma interior, por elegir la compasión, el amor y la esperanza en medio de la tormenta. “Pienso que, si te abro la ventana, Te sentiré llegar hasta mi lado, Y será menos triste esta mañana”.
  • La búsqueda de la virtud en el afrontamiento: La valentía, la templanza y la sabiduría estoica se manifiestan en la forma en que los autores enfrentan la adversidad, buscando aprender de ella y encontrar formas de seguir adelante con dignidad. “Tierra sin fin ni horizonte, indícame algún camino, un punto de encuentro”.
  • La importancia del presente y el valor de cada instante: La conciencia de la finitud de la vida intensifica la apreciación de cada momento, de cada recuerdo, de cada gesto de amor. “A veces, en la noche, despierto sin motivo, Y acude a mi memoria, como un rayo certero, El recuerdo tiernísimo de tu abrazo postrero, Y me olvido un momento de que ya no estás vivo”.

«Donde se detiene el tiempo» no es un libro fácil. Hay versos que duelen, que erizan la piel y que invitan a la reflexión profunda sobre la vida, la muerte y el lazo inquebrantable que une a las familias. Pero también hay poemas que rescatan la alegría de los momentos compartidos, la luz que Manu irradió en vida y la esperanza, persistente, de que el amor siempre deja una huella imborrable.

Este libro es mucho más que una colección de poemas; es un acto de amor, un tributo sentido a una vida que, aunque breve, dejó una marca profunda en quienes la conocimos. Es una invitación a mantener viva la memoria de Manuel, a pronunciar su nombre, a recordar sus sonrisas y a encontrar consuelo en la belleza, aunque nazca del dolor.

Es un faro de esperanza para aquellos que han experimentado el dolor de la pérdida, un recordatorio de que incluso en la arena movediza del duelo, podemos dejar huellas imborrables y escuchar los ecos del amor en lo más profundo de nuestra alma.

Agradecemos profundamente a Lucía y José Ángel su valentía y generosidad al compartir estas palabras tan íntimas y poderosas. Su poesía es un faro en la oscuridad, una ofrenda de amor que esperamos pueda tocar los corazones de todos los que se acerquen a estas páginas.

Les invito, pues, a sumergirse en este poemario. Descubrirán una voz honesta y valiente, una poesía que conmueve, que inspira y que nos recuerda la fuerza inherente que reside en el espíritu humano.