Cómo vivimos el dolor

¿Algún día dejaré de sentir dolor?

El dolor parece ser el único habitante de tu ser (…). Quizá no te creas capaz de soportar este sufrimiento (…). No te asustes, no te sientas culpable, no te desalientes, no desesperes, es natural sentir así… Por un tiempo… 2

Solo cuando nos sintamos preparados para ello, estaremos en condiciones de avanzar (aunque sea dolorosamente) hasta propiciar una alegría que, en lugar de desplazar o reemplazar el dolor, coexista con él.1

El dolor y el amor se dan al mismo tiempo (…). Sentirse bien no significa que no sintamos dolor, pena o tristeza sucesivamente o, a menudo, de manera simultánea. 1

Tu hijo fue, es y siempre será eso: amor, alegría, todo. Nunca su legado puede ser dolor. Aunque hoy no parezca posible, el dolor puede ser transitorio. El amor es más fuerte que el dolor (…). 2

¿El dolor me puede abrir alguna puerta?

Contemplar la muerte de quienes amamos y sentir un tremendo dolor al hacerlo (…) nos enseña que ser humano significa ser vulnerable, sufrir y arriesgarse a amar. 1

Descubres que más allá de ti mismo, está el otro, alguien que comparte tu experiencia de vida, tu dolor y quizá también la búsqueda de sentido en esta nueva vida, en este “después”. 2

Cuando miramos a los ojos a otra persona que ha conocido el sufrimiento, sabemos sin mediar palabra que ella lo sabe, y hay algo dolorosamente reparador en ese reconocimiento mutuo. 1

Puedes optar porque tu hijo, a través de su vida y de su partida, sea quien te muestre e invite a transitar nuevos caminos (…). 2

 

1 Joanne Cacciatore: Soportar lo insoportable. Joanne es psicóloga y una de las investigadoras más importantes
sobre el duelo. Perdió a su hija Cheyenne.

2 Alicia Schneider-Berti: Donde la palabra calla. Alicia fundó Renacer junto con su marido Gustavo, tras perder a su
hijo Nicolás.