El tiempo

“Tiempo es una palabra que empieza y que se acaba. Que se bebe y se termina, que corre despacio y que pasa deprisa. Tiempo es una palabra que se enciende y que se apaga, ni se tiene ni se atrapa no se gira ni se para. No se coge ni se agarra, se le odia y se le quiere. Tiempo para aprender, para pensar, para saber.” Pau Donés.

Todos los que estamos aquí tenemos ese día, esa noche, en la que creímos pensar que el mundo se había parado. En esos momentos pensábamos que quizá el cosmos se detendría para contemplar nuestra desolación. Puede que incluso la vida perdiese la razón al ver cómo el mundo continuaba y seguía su curso. Pero no detuvo sus giros ni su avance, mientras nosotros y nosotras experimentábamos una gran pausa.

La eternidad que imaginábamos se desvaneció al ver la realidad del momento. En el complicado tejido del tiempo, sabemos que algunas cosas llegan demasiado pronto. No podemos cambiar el pasado ni suprimir todo ese dolor que se ha quedado en el más profundo de nuestros corazones, lo que podemos hacer es transformar ese dolor en el amor más puro.

En el ahora, no pretendemos superar nada sino adaptarnos a la nueva situación que tenemos.

En esta amalgama de tiempo, nos pueden surgir preguntas cruciales cómo: ¿Qué hora marca mi reloj? ¿De qué tenemos tiempo aún? ¿De qué es tiempo ahora? Tal vez sea tiempo de permitirse, tiempo de abrazar nuestra fragilidad, tiempo de seguir con los pequeños pasos, tiempo de gestionar el autocuidado, tiempo de conocer nuevos amigos/as, tiempo de hacer nuevas cosas que ni nos imaginábamos hacer, tiempo de cerrar unas puertas y abrir otras, tiempo de renacer, tiempo de…

En este desafío emocional la respuesta a qué puedo hacer se puede encontrar en los detalles más sutiles de reconstrucción de nuestro ser.

Entonces, ¿es demasiado tarde para algo? Quizá sea tarde para volver al pasado doloroso, para recuperar momentos que se nos arrebataron pero no es tarde para crear un futuro en el que se honre la vida de estos hijos. Tarde para anclarnos en ese pasado en el que nuestras palabras nos pudieron y pensamos que regañamos más de la cuenta o que nos quedaron cosas por hacer. Podría ser tiempo de cambiar eso y optar por las risas compartidas, tiempo para construir un presente lleno de amor y compresión del momento. Nunca es tarde para honrar la vida de nuestros hijos.

El reloj, instrumento para medir el tiempo, nos lanza hora a hora y minuto a minuto varias preguntas al día:

  • ¿Las agujas señalan un pasado lleno de experiencias que te hacen ser hoy quien eres? O quizá ¿señala un continuo avance del tiempo marcando tu presente y tomando decisiones del ahora?
  • ¿Qué hora resuena en tus pensamientos? ¿Es el momento de sembrar nuevas semillas de sueños o de cosechar la sabiduría de lo vivido? ¿Tal vez el reloj marca un compás para abrazar tu presente con gratitud?
  • ¿Qué hora es para ti en este instante fugaz? ¿Es tiempo de reflexión, acción o de dejarte envolver por la calidez de la pausa?
  • ¿Nos limitamos a reflexionar sobre el tiempo solo al mirar hacia atrás, mientras continuamos avanzando hacia el futuro? ¿Ha dejado de existir el tiempo para nosotros?
  • En tu reloj “vital” ¿Tu vida marca la mañana antes de la muerte (A.M) o la tarde de después (P.M)?

Contemplamos estas agujas como puentes que conectan el pasado, presente y futuro.

En este baile de agujas, tiempo y TIC TAC cada pregunta es una invitación a reflexionar sobre el propio tiempo y descubrir el tic tac de nuestra vida.

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