Señales: El arte de ver lo invisible

Cuando la vida nos golpea con pérdidas tan complicadas como la nuestra, cambia la forma de percibir y de sentir la realidad. Ese cambio lo propicia la esperanza de un reencuentro, y nos coloca en un lugar diferente desde donde comenzaremos a relacionarnos de forma mucho más abierta con la espiritualidad o la religiosidad.

En nuestra última reunión, nuestro compañero Ricardo Echegaray nos invitó a reflexionar sobre las señales que nos encontramos en el camino de la integración de la pérdida de nuestros hijos e hijas. Señales de todo tipo y forma que interpretamos como una nueva forma de comunicación con los que ya no están en este plano.

Muchos padres y madres han recibido señales y mensajes que no tienen una explicación científica o racional y que abren la puerta a posibles interpretaciones más espirituales o energéticas. Padres que antes de su pérdida tenían un perfil más escéptico y descreído, de pronto analizan desde otra perspectiva esas señales vividas.

Pero también hay padres y madres que no reciben esas señales. Que no consiguen sentir de esa forma a sus hijos o hijas. Cuando esto ocurre, y hemos leído o escuchado que esas señales si las viven otros, podemos caer en una desesperanza o sentimiento de abandono perjudicial en nuestro camino de gestión de la pérdida.

Si no te llegan esas señales, o no tienes esa fe espiritual o religiosa que abre la puerta a una comunicación metafísica con tu hijo o hija, date tiempo, no te cuestiones tú trabajo o tus avances, limítate a sentir de forma plena y sin poner la razón empírica en lo que te rodea. Y si no llegan o no consigues creer en ellas o solo crees que son casualidades, no pasa nada, está bien. Cada uno tenemos una forma personal y única de integrar la pérdida de nuestros hijos e hijas.

Esperando a su abuela

La pérdida de un hijo o hija nos deja entre dolores. El dolor de su ausencia y el dolor de los que sufren a nuestro alrededor y a los que no podemos salvar, aunque a veces lo intentamos.

Uno de los integrantes de Renacer Madrid perdió hace pocas semanas a su madre.  Ella no sabía que su nieto había partido años antes ya que decidieron evitar el sufrimiento de la partida de su querido nieto.

Ya en sus últimos días, mientras era atendida por su cuidadora, que ignoraba por completo la historia de la ausencia que sufría esa familia, la abuela le pidió que abriera la puerta porque venía su nieto, al que llamó por su nombre de pila.

A los días la cuidadora preguntó interesándose sobre el nombre que había pronunciado la abuela. La sorpresa fue mayúscula, no solo para ella sino para todos los miembros de la familia que interpretaron aquella anécdota como una señal clara de que el nieto venía a buscar a su abuela para facilitar esa marcha que días después se produjo.

Animales, guías y maestros

Los padres y madres de Renacer hemos vivido numerosos encuentros con la naturaleza como vehículo de esas señales mágicas. Especialmente con los animales.

Una de nuestras compañeras tiene un fiel y reciente amigo que la acompaña cada vez que visita el árbol donde están enterradas sus cenizas.  Es un gato negro que apareció el mismo día del entierro. Casualmente, o no, el animal preferido de su hijo.

En cada visita el animal demuestra más confianza y cariño con nuestra compañera. Llegando a comer de su mano, jugar con los adornos que deja en el árbol o incluso subiéndose a su regazo cuando se sienta a meditar o leer junto a él árbol.

Ella utiliza esos encuentros para dialogar con su hijo, contarle su día a día y el gato interactúa participando en ese diálogo. ¿Por qué no interpretar esos encuentros como señales de amor eterno?

Un gato también es el protagonista de las señales que viven los padres de otro de nuestros chicos. En este caso el gato es un integrante más de la familia que también vivió el duelo de la trascendencia de su dueño. Les pide, en su lenguaje de maullidos, ir a la habitación del hijo y al lugar donde ocurrió el fallecimiento.

Otra de nuestras mamis necesitaba una señal clara de su hija. Se la pidió durante una travesía en barco. Y ella le regaló un magnífico espectáculo de baile de delfines justo delante suyo y en el momento que ella pidió la señal.

Las mariposas y los pájaros son unos de los seres que más nos ayudan a recibir e interpretar señales. Una de nuestras compañeras recibe habitualmente la visita de una preciosa mariposa todas las tardes de verano.

En una de esas tardes, hablo con la mariposa como si fuera su hija, y le pidió que la acompañara hasta casa. Y la mariposa fue revoloteando marcando el camino hasta justo su portal.

Señales escritas

A veces las señales son tan claras que solo hace falta leerlas.

Una de nuestras familias tras la partida de su hijo decidieron sumar a su hogar un nuevo miembro, un perro. Mientras esperaban su llegada debatían sobre el nombre que ponerle.

Una de las palabras que utilizaba constantemente su hijo era piti, y a su padre le pareció un nombre perfecto para su perro. Pero al resto de la familia no le convencía el nombre.

Durante la espera de su llegada, y durante unas vacaciones de la otra hija de la pareja, encontró un puesto de artesanía que vendía chapas para los collares de las mascotas. Y en ese puesto solo dos placas llevaban el nombre grabado, la una al lado de la otra. Una era el nombre del padre de esta familia, y la otra Pity. Por supuesto nuestros compañeros tienen un precioso perro llamado Pity, como quiso confirmar su hijo.

Horas y alarmas

Otros de nuestros papás, mientras esperaban una respuesta importante para su futuro recibieron una señal desde el otro lado.

Estaban en una habitación de hotel y de repente, durante la noche, sonó el teléfono con un timbre que no reconocían y que no llegaron a tiempo a descolgar. Al día siguiente comprobaron que justo a la hora que sonó la llamada habían recibido un email con esa ansiada respuesta.

Luces, cámara y acción

Muchos de nosotros tenemos en común que en nuestras casas la electricidad y la electrónica van por libre. Luces que se encienden y se apagan. Televisiones que cambian de canal o se encienden solas. Radios que anuncian nuestra llegada a casa.

Todos estos fenómenos nosotros los interpretamos como señales de nuestros chicos, y puede que tengan una explicación mucho más terrenal. Pero a nosotros nos da paz y nos reconforta pensar que hay una comunicación continua con nuestros hijos e hijas.

Sueños

Una de nuestras mamás y unos de nuestros hermanos del grupo estaban deseando recibir una señal pero no llegaba.

Nuestra compañera necesitaba poder soñar con su hija y no lo conseguía. Su otro hijo, que nunca recordaba los sueños, recibió la visita de su hermana en un sueño dejándole claro que todo estaba bien.

Al despertar lo primero que hizo fué contárselo a su madre y desde ese momento nuestra mamá ha podido soñar con su hija varias veces. Sueños que la han dejado la paz y seguridad que necesitaba.

Conversaciones premonitorias

Cuando nuestros hijos e hijas se van, muchas de las cosas que vivimos con ellos, reciben un nuevo análisis y las interpretamos como avisos de lo que íbamos a vivir.

Desde conversaciones sobre la muerte o el más allá justo días antes de su partida, hasta diálogos en las que nuestros hijos e hijas nos dicen que saben que se irán pronto pero que han sido muy felices. ¿Puede haber un mensaje más claro de futuro?

Nuestra canción

Nuestros chicos a veces nos mandan esas señales con una canción concreta y especial para sus padres.

Lo sabe muy bien una de nuestras compañeras que en numerosas ocasiones, y en momentos totalmente inesperados, ha podido escuchar o asistir a su interpretación en directo, de una canción muy especial para ella y su hijo. Un mensaje musical lleno de amor.

Como veréis son innumerables las señales que vivimos en Renacer Madrid.

¿Y tú, has recibido alguna señal?